El rol de un abogado en un proyecto de tecnología
- Sandra Garín
- 12 jul 2021
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 20 jul 2021
Actualmente, se encuentra ampliamente difundida la terminología #LegalTech y, con ella, se hace referencia a una amplia gama de actividades que vinculan al sector jurídico con la tecnología.
Puesto así, yo me encuentro totalmente sumida dentro de ese término, en tanto soy abogada interna de una startup que se dedica a desarrollos e implementación de proyectos con una tecnología emergente como lo es #Blockchain y además me dedico al asesoramiento independiente en el área. Por eso, me gustaría compartir mi visión respecto a lo que hace un abogado cuando trabaja directamente con la tecnología, claro está, desde mi experiencia. Esto no invalida otras experiencias u otras visiones sobre el mismo tema.
¿Cómo un profesional del derecho puede llegar a trabajar en una empresa de tecnología y directamente en los proyectos?
Hay muchas imágenes que ilustran el camino de una empresa o el de un profesional. Las rutas no suelen ser rectas, están llenas desvíos, regresos, avances, hasta que finalmente se llega a un destino (siempre provisorio en un mundo cambiante), que, muchas veces, no es el inicialmente imaginado.
Es así que puede darse que un estudiante o un abogado recién recibido determine tempranamente que quiere dedicarse a la tecnología, y postule a puestos ofrecidos con estas características. Si bien con el auge actual del tema estos ofrecimientos laborales suelen encontrarse, lo cierto es que no son los más solicitados por empleadores, que en esas etapas son, principalmente, estudios jurídicos.
Puede ser que las empresas de tecnología no sepan aún que contar con un profesional con estas características les pueda ser útil.
Sin embargo, hay otros caminos. En mi caso, algunas aptitudes personales, entre ellas, la alta curiosidad por temas muy distintos a mi área específica de estudio, conjuntamente, con un activo aprendizaje autónomo, contribuyeron a conducirme a mi puesto actual.
La curiosidad conjugada con la capacidad de autoaprendizaje e investigación contribuyeron a que identificara de forma temprana temas concretos relevantes para una tecnología en particular. A su vez, la comunicación de estos hallazgos en los lugares adecuados y con las personas adecuadas me condujeron a mi puesto actual.
Estar en el lugar adecuado con las personas adecuadas siempre es un factor decisivo en nuestro camino profesional.
¿Por qué una empresa de tecnología cuenta con un abogado en sus proyectos?
Contar con un departamento legal (o mínimamente con un abogado in-house) en una empresa suele ser una práctica habitual en empresas de cierto porte, no tanto en empresas boutique, siendo especialmente raro, el caso de empresas boutique de tecnología que cuentan con un abogado interno.
Que una empresa como PowerLedgers cuente con una abogada como integrante permanente de su equipo, suele ser un factor que llama la atención y que, ratificando lo acertado de dicha decisión, suele producir alivio en socios y clientes.
La tecnología dejó de ser un factor que se integra solamente en el ámbito interno del cliente, en general esta tecnología se pone a jugar en relación con los demás actores con los que interactúa en sus procesos de negocios habituales. Esto es especialmente relevante en el caso de Blockchain, donde su razón de ser es, justamente, ser puesta en funcionamiento para interactuar con otros.
A su vez, cada vez más, resulta importante observar aspectos del diseño de la solución tecnológica. Los aspectos jurídicos de la etapa de diseño de la solución solían dejarse de lado, o muchas veces ni siquiera se advertían. Integrar a un profesional del mundo jurídico en esta etapa contribuye a robustecer la solución.
Al mismo tiempo, la comunicación con los colegas que asesoran a socios y clientes y que, tal vez, se encuentran más alejados de las características tecnológicas, se ve muy favorecida. Los colegas tienen un par con quien hablar sobre sus dudas y, a su vez, obtener una nivelación en el tema que les resulta suficiente para hacer frente al proyecto en concreto, sin tener que aprender desde cero todo el tema, limitándose a lo relevante. Esto contribuye a cumplir los proyectos en el tiempo previsto, o que, por lo menos, el análisis jurídico no insuma demasiado tiempo distorsionando el cronograma.
¿Aptitudes de un abogado en este tipo de rol?
Podemos encontrar listados que contemplan diversas soft y hard-skills que resultan deseables en este contexto y que, en general, son acertados. Esta enumeración está basada solamente en mi experiencia, sin perjuicio de ello, igualmente coincide en muchos puntos con las listas que se pueden encontrar fácilmente en internet o en la bibliografía especializada.
Curiosidad: La curiosidad, ya nombrada, tiene un rol importante. Es el motor que nos impulsa a hacer las preguntas (las preguntas nunca son demasiadas), y a activar la investigación por cuenta propia de los diversos temas. Esto contribuirá a poder desarrollar investigación, no ya académica solamente, sino enfocada a soluciones de problemas concretos.
Proactividad: La proactividad es muy buscada en todos los rubros, y el jurídico no es una excepción. Sin embargo, en este tipo de rol, exige aún un poco más. No solamente ser proactivos en cuanto a las áreas y temas concretos, sino también, en cuanto al trabajo en sí mismo. Es posible que nuestro cliente tecnológico no sepa lo que necesita de nosotros. Es posible que no venga y nos pida cosas concretas. Por el contrario, lo mejor que puede hacer es darnos los espacios para escuchar y estar al tanto de los productos, servicios y desarrollos que tiene en curso. En un escenario así, somos nosotros los encargado de hacer ver los temas en los que podemos contribuir, identificando riesgos y proponiendo las soluciones para mitigarlos, pero también, nos permite proponer mejoras. Desde nuestro rol no solamente identificamos y resolvemos problemas, podemos contribuir a hacer que una solución sea mejor, cuando no tenía problemas relevantes identificados. Y tal vez, hacer que esa solución se diferencie en el mercado por considerar los puntos que levantamos en la etapa de diseño.
Comunicación: La comunicación es un punto crítico. En un rol así, nos toca trabajar codo a codo con profesionales de áreas totalmente distintas. Además, en estos escenarios de trabajo pueden aparecer muchas zonas grises, especialmente, cuando se está innovando. La comunicación de los riesgos identificados, así como si tenemos que recomendar variaciones en el diseño, debe ser especialmente considerada y adecuada.
Flexibilidad: Los proyectos de tecnología pueden cambiar, podemos haber andado un camino, haber construido y luego eso hay que desarmarlo y volver. Esto nos demanda gran flexibilidad frente a los cambios, así como tolerancia a la frustración y resiliencia. Si esto sucede, es importante capitalizar lo aprendido en los cambios que nos obliga a desviarnos del camino inicialmente trazado, sacando de foco el aparente “retroceso”. Debemos ser conscientes de que es un aparente retroceso, puesto que el proyecto avanza, y esos cambios contribuyen a un mejor avance. La situación nos requiere estar a la altura y acoplarnos a esta dinámica de trabajo, normalizando esta forma de vivir de los proyectos, sin que nos afecte en nuestro ánimo.
En definitiva, considero que es un logro, llegar a sentirnos a gusto dentro de la incomodidad y la imprevisión que pueden generarse y más cuando se está ante procesos de innovación que integran tecnología emergente.
Pensamiento abstracto / Pensamiento concreto: La tecnología involucra un gran número de categorías abstractas, estas solamente resuelven problemas al ser aplicadas concretamente. Dicho así, podemos decir que el Derecho y las áreas tecnológicas son mucho más similares de lo que parece. Pero, lo cierto, es que la educación basada en su mayoría en la transmisión de información concreta, el contenido concreto que va para el parcial o examen, así como el declive de la lectura de los libros de texto, etc., puede contribuir a que los profesionales del derecho desarrollemos cada vez menos la capacidad de abstracción, lo que se traduce en una seria desventaja.
¿Como abogado qué tanto de tecnología tengo que saber?
Esta es una pregunta muy frecuente, y como todo, en nuestra área hay por lo menos dos bibliotecas: por un lado, están quienes afirman que hay que saber mucho sobre la tecnología y, por otro lado, los que dicen que no es necesario, que con informarnos sobre los temas con los ingenieros y científicos con los que trabajamos, es suficiente.
Como no soy de los extremos, y me gusta mucho el camino del medio, el más equilibrado, yo descarto estas dos directrices. Personalmente, pienso que hay que saber tanto como queramos sobre tecnología.
¿Hasta donde aprender? Hasta que nuestra curiosidad nos diga que es suficiente. Siendo siempre conscientes que nos fijamos nuestros propios límites. Lo peor que puede pasar, es que aprendamos muchas cosas y tengamos muchos temas de conversación cuando se retomen los asados. Ah, así como también, ser los raros del grupo de amigos, algo que nos traerá halagos y risas por partes iguales.
